El cine y la psicología tal y como la conocemos hoy en día nacieron casi al mismo tiempo.
Los primeros psicólogos asociaron la experiencia cinematográfica con procesos mentales, haciendo alusión a los fenómenos de identificación y de proyección con los personajes de una película. Se podría decir que el cine es la nueva mitología.
El cine, al igual que otras formas de arte como los cuentos, la poesía, la música o la pintura, nos conecta con la profundidad del alma humana; donde tienen lugar alegrías, tristezas, dramas, tragedias, amor, deseos y placeres.
Ver una película es algo muy similar a una sesión de terapia, donde surgen las fantasías y los deseos ocultos, al igual que los sueños. Y de esta manera, el cine se consideraría más que in objeto, como un proceso.
Por eso, es muy recomendable durante la terapia, recomendar alguna película relacionada con la problemática que el paciente trae y comentarla después. Por algo se llama al cine «la fábrica de los sueños». En la trama de toda película que conectan y se entrelazan: la psique del director con sus deseos y la intencionalidad de lo quiere transmitir o no; la del personaje, cuya historia puede revelar algún trauma o conflicto no resuelto , o que está resolviendo, al igual que anhelos fallidos o realizados; y , por último, el psiquismo del espectador, en el que se activan diversos sentidos ante las imágenes, las acciones y el diálogo de los personajes, creando muchas veces fuertes reacciones emocionales. Amando u odiando a diferentes personajes al conectarlos con sus propias vivencias.
El cine también puede servir como fuente de inspiración para alcanzar metas. en definitiva, el cine es liberador porque nos conforta con realidades interiores y exteriores y nos ayuda a saber algo más de nosotros mismos.
Sabiendo esto, te podrías parar a pensar ¿CUÁL ES TU PELÍCULA FAVORITA Y POR QUE?¿CON QUE PERSONAJE TE IDENTIFICAS MÁS?