En el embarazo y en los cinco primeros años de vida se forma el aparato psíquico del ser humano.
En esos años se establecen las primeras relaciones afectivas y los primeros vínculos. La conducta de apego se establece con la figura maternal.
Esos factores, junto con otros factores biológicos, sociales, ambientales y culturales, van a afectar en gran parte en cómo se va a desarrollar ese niño en las siguientes etapas de su vida.
Los niños no pueden verbalizar sus conflictos de la manera que lo hacen los adolescentes y los adultos. Este malestar infantil se manifiesta de diversas maneras, como pueden ser:
- Rabietas repetitivas
- Fracaso escolar
- Acoso escolar
- Aislamiento en el entorno escolar
- Hiperactividad/Déficit de atención (TDHA)
- Trastornos del sueño y de la alimentación
- Ansiedad y tristeza (que se muestra a veces en forma de hiperactividad)
- Pocas relaciones sociales
- Fobias y miedos desmesurados
- Retraso en el lenguaje y en el aprendizaje
Por ello, es primordial prevenir y atajar lo antes posible cualquier desajuste emocional en estos primeros años de vida. La psicología para niños requiere de experiencia y seguridad.
El tratamiento con los niños se realizará mediante lo simbólico, a través del juego y los dibujos, en un entorno seguro, accediendo, de este modo, a sus afectos y emociones.
Sobre el TDHA
Se ha escrito y hablado mucho sobre el conocido Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Hay que ser muy responsables sobre quién debe realizar un diagnóstico fidedigno. Ya que, en muchas ocasiones, son los padres o los profesores los que “etiquetan” a niños que, por diversos motivos, son más inquietos o interrumpen en clase o se les ve distraídos y, al ser molestos porque rompen la dinámica de las clases, ya se dice que tienen TDAH.
Los adultos a cargo del niño, sí que pueden dar la voz de alarma de que algo está pasando en el niño, pero el primero que debe evaluarlo es un pediatra, neuropediatra o un psiquiatra infanto-juvenil.
El profesional experto en TDAH aconsejará el tratamiento adecuado para cada edad y cada niño, siendo muy aconsejable el apoyo psicológico. Ya que, en muchas ocasiones no se trata solo de un factor biológico, además, casi siempre, intervienen asuntos del mundo interno o externo del niño, que también hay que evaluar y tratar como puede ser divorcio de los padres, cambio de colegio, cambio de residencia, acoso, muerte de algún familiar, llegada de algún hermanit@ entre otros.
Cambios en la conducta del niño
Los motivos o razones por los que se podría pensar que un hijo necesita ayuda psicológica son muy diversos.
Por lo general, los padres conocen el comportamiento de sus hijos y por ello, saben cuándo algo está cambiando en ellos. Los cambios de conducta forman parte del desarrollo de la persona.
También hay motivos que no tienen que ver solo con el niño, sino con que algo ha pasado en su entorno familiar o cercano, como: el divorcio o separación de los padres, muerte de algún familiar, la llegada de un hermano o hermana, el cambio de residencia o de colegio, enfermedad del propio niño o de los padres.
Adolescencia y fracaso escolar
Como padres, profesores y/o tutores, tenemos que entender qué función a nivel biológico y emocional tiene la adolescencia, que es la etapa que corresponde académicamente hablando con la enseñanza secundaria.
Se puede decir que la adolescencia es el periodo en el que se pasa de niño a adulto. Cada vez tiene un periodo más largo, empieza antes alrededor de los 11/12 años y termina más tarde (incluso a los 25).
No solo se trata de una serie de cambios físicos que ya todos conocemos y biológicos, con todas las alteraciones hormonales de este periodo, también cambios neurológicos. Además, surgen gran cantidad de conflictos emociónales que, en muchas ocasiones, los jóvenes, no pueden manejar como ellos quisieran y repercuten directamente en otras áreas de su vida, como puede ser lo académico.
Surgen muchos asuntos de su mundo interno, que ya comenzaron a “cocerse” en la infancia y en la adolescencia resurgen de una forman más abrupta y desequilibra sus relaciones familiares, sociales, escolares entre otras.
Cuando el problema traspasa los límites o los adultos a cargo del joven sienten que lo que aportan, no es suficiente, es momento de pedir ayuda a un profesional, que desde su neutralidad y experiencia, le ayude a que empiece a pensar en los temas que están en su mente y no dan espacio a que lo académico encuentre su lugar.
PREGUNTAS FRECUENTES
👩🏼⚕️ ¿Cómo se trabaja en una sesión de psicoterapia con un niño?
Los niños se expresan con su propio lenguaje que es distinto al de un adulto, y así hay que intentar comunicarse con ellos. Requieren otro tipo de atención, por eso, trabajaremos con juegos de manera simbólica, en un ambiente íntimo. El niño debe estar cómodo y podrá expresar sus emociones mediante las diferentes herramientas que ponemos a su alcance.
👩🏼⚕️ ¿Cómo saber si un niño necesita ayuda psicológica?
Es necesaria la ayuda psicológica cuando estas afectan al propio hijo de una manera perjudicial como, anorexia, bulimia, depresión, acoso escolar, miedos o fobias desproporcionados o afectan al funcionamiento cotidiano de las relaciones familiares o en el contexto escolar como ser un niño acosador, controlador, agresivo.
✍️ ¿Cómo evitar el fracaso escolar en secundaria?
Entendiendo y acogiendo a los adolescentes, se puede prevenir en parte el fracaso escolar en la ESO. También hay que reconocer, que no está solo en las manos de los propios padres ya que muchas veces existen factores fuera del entorno familiar.
✍🏼 ¿Cómo sé si mi hijo tiene TDAH?
Podemos intuir que algo está pasando si el comportamiento del hijo está creando molestias de una manera continuada en el ámbito escolar y en casa, si se distrae muy frecuentemente, si no es capaz de estar quieto un tiempo determinado, si interrumpe constantemente. Pero siempre, la última palabra y ante todo el que debe diagnosticar de TDAH es un profesional experto en este tipo de trastorno.